viernes, 30 de agosto de 2019

VIAJE A LONDRES: The boy who lives

Madre mía! Si me descuido pasa un año entero y no he ni empezado a resumir nuestro último viaje. Echémosle la culpa a las malditas oposiciones que absorben la vida (vaaaaleeeee...también a mi vagancia supina)
Ya liberada y relajada en mi sofá, procedo a comentar que tal nos fue por la capital de la pérfida Albion.


Los detalles del viaje en sí casi que me los voy a ahorrar, ya que básicamente son los habituales: coche, parking, aeropuerto de Santander, Ryanair...nada nuevo bajo el Sol.
Un vez aterrizadas en el aeropuerto de Stanted, llegamos al centro de Londres en tren (Stanted Express). Llevábamos ya los billetes comprados on line (www.stanstedexpress.com); al hacerlo con antelación y ser grupo nos salió por el módico precio de 15 libras por cabeza (ida y vuelta)

NOTA: para tu salud mental es mejor que en tu mente equipares las libras a los euros (consejito de amiga)

Ok!!Al llegar de madrugada a nuestro superapartamento de 30m2, realizo un salto temporal hasta el día 2:

¡Good morning! Son las 8 de la mañana, estás en Londres, no tienes libras, no tienes tarjeta de transporte, no tienes nada en el apartamento para desayunar y fuera está orbayando. ¡Magnificent!

Lady of the ayunas
Una vez resucitadas tras pagar el desayuno con tarjeta de crédito (cosa de lo más habitual en Inglaterra por cierto) nos fuimos a una casa de cambio en Market Place, donde supuestamente y según los comentario de Google no te suelen estafar. En ese momento 1libra = 1,16 euritos (en peores plazas hemos toreado).
A las 10:00 comenzada un free tour de Sandemans (y van...) en Covent Garden.¡Recorrimos parte de la ciudad de Westminster en unas 3 horas!
Entre historias de Jaime el Conquistador y Enrique VIII y sus 6 esposas tuvimos tiempo de asistir al famoso cambio de guardia de Buckingham Palace. Vamos a ver...que como está incluído en el tour bien, pero para mí es  una atracción turística sin más. Mucha gente y poco que ver.
Paseando vimos, entre otras cosas, el Palacio de Sant James, la Abadía de Westminster, la casa del Parlamento y el Big Ben (todo, todo, todo con andamios y bien tapadito. ¡Bravou! Ni un viaje sin su andamio bien puesto). Terminamos el tour en Trafalgar Square; sorpresa al encontrarnos la plaza sitiada por la preparación del Año Nuevo Indio. ¡Parece que los ingleses no quisieran que viéramos sus monumentos tú!
Con el tiempo pegado al culo, comida rápida y directas al metro.

NOTA: Para nuestros días en Londres y considerando que teníamos previsto andar lo menos posible, decidimos comprar la Oyster Card. Una tarjeta recargable por la que pagas 5 libras (reembolsables junto con el saldo que te quede dentro cuando la devuelves); hay un límite de gasto diario de 6'50, una vez llegas a él ya no pagas más en ese día. El precio del billete ronda las 2 libras. No tengo claro que me haya explicado del todo. Esta tarjeta la suelen recomendar para viajes de 5 o menos días; para estancias más prolongadas ya recomiendan la tarjeta semanal.

Continuamos...en metro llegamos a la parada de Euston, donde cogimos un tren a Watford Junction. El billete de tren también lo pagamos con la Oyster, que sale a mitad de precio (unas 9 libras ida y vuelta). Siguiendo nuestro periplo transportil, en Watford nos montamos en un autobús (2'50 libras i/v) que nos llevó a....¡¡tachán!!Los estudios de la Warner Bros. de Harry Potter. ¡MAGIA!



Las entradas solo se pueden comprar on line por anticipado y son 41 librillas de na (ejem). Desde nuestro punto de vista de fans...totalmente justificadas.
¡Que tarde potteriana nos pegamos! Nos encantó TO DO; pero lo dicho, no somos imparciales.
Siempre es un buen momento para una cerveza de mantequilla.


El correo inglés se ordena solo.




Con la noche ya encima, hicimos todo el recorrido a la inversa. Arrastrando los pies, paramos en un Tesco para comprar intendencia, nos fuimos a cenar y a reposar. Mañana sería otro día.