lunes, 2 de septiembre de 2013

VIAJE A LISBOA by Susi

No puedo decir que conozco Lisboa, porque en dos días es imposible llegar a conocer una ciudad.
Fue un viaje más bien de sensaciones y para este tipo de escapadas Portugal es el país ideal.
No es Lisboa una ciudad cuyos monumentos te dejen sin aliento, ni donde prime la pulcritud de sus edificaciones. Pero precisamente en esa decadencia radica su encanto, en el recuerdo que aún perdura de un pasado glorioso que se ve reflejado en un centro histórico plagado de edificios monumentales que parecen mantenerse en pie por puro orgullo o en esas plazas con sus enormes y excesivas esculturas alusivas a lo héroes nacionales. Los lisboetas parecen decir: "estamos aquí, mirad lo grandes que fuimos".
Lisboa fue prácticamente destruida por un terremoto el 1 de noviembre de 1775. El marqués de Pombal, entonces primer ministro, fue el principal artífice de su reconstrucción, siguiendo las normas urbanísticas de la época. Se dice que alguien le preguntó que hacer ante tal catástrofe. Con pragmatismo respondió: "Cuidar a los vivos y enterrar a los muertos"



                                                  Plaza del Comercio

Pero frente a tanto aire aristocrático nos encontramos con uno de los principales iconos identificativos de Portugal: el azulejo. Calles enteras con sus casas forradas enteramente con este aderezo. Las que han sido cuidadas o restauradas lucen llamativas y esplendorosas. Desgraciadamente hay muchas que están esperando unos tiempos mejores, que por cierto, la Unión Europea parece negarle a este país.

                                       

Pero si algo especial tiene Lisboa, es la luz. Es limpia, lo inunda todo. Pero hay un sitio especial donde esta sensación es abrumadora. Es...bueno, primero vamos a coger el tranvía nº15 para llegar (imprescindible subir a este medio de transporte. Es un auténtico placer)
 
                                       


...¡Hemos llegado! y hete aquí el maravilloso mirador de Sta. Lucía. Las fotos no hacen justicia al paisaje que la cámara intentó captar.

                                                  


Una mañanita te lleva visitar la zona de Belém. Queda a unos 4 km del centro de la ciudad. A parte de sus típicos y ricos, ricos pasteles ( a mi dejaban cierto regusto a Maizena)...
La torre de Belém, quizás el monumento más conocido de Lisboa. En el pasado sirvió como centro de recaudación de impuestos. Es uno de los ejemplos del estilo manuelino (s XVI), propio de Portugal, que como siempre miró al mar, se caracteriza por una profusa decoración plagada de motivos marineros.

                                                      


Cuando digo que los portugueses miran hacia el mar, no engaño. Observad este monumento que se encuentra también en Belem. Todas las figuras dirigidas a la inmensidad del agua
                      
                                        
  

A pocos pasos se encuentra el monasterio de los Jerónimos. ¡Grandioso!. Maravilloso claustro.

                                        
                                     
                                         

Y como no voy a dar ningún detalle práctico (entre otras cosas soy un desastre para recordar lo que verdaderamente es útil), quiero señalar que el nostálgico carácter de los portugueses se ve reflejado por todos lados.

                                       
 
¿Pero qué digo? Claro que me se algo utilísimo: el café es muy, muy bueno y muy, muy barato.
En un maravillosa cafetería llamada "A Brasileira", que fue punto de reunión de la intelectualidad lusa, se puede tomar un café en la barra por 1,50 euros. En cualquier otro local, tranquilamente, por unos 65 céntimos. No dejéis de visitar esa cafetería. Merece la pena ver esa decoración que te transporta a principios del pasado siglo. El más afamado poeta portugués Pessoa la frecuentaba. Como homenaje han puesto una estatua suya en la terraza; también para solaz de los turistas que no pueden evitar hacerse una foto junto a él.
                       
                                                        



Bueno, esto no es más que un leve esbozo de lo mucho que logré ver en tan solo dos días. Si alguien lee esta humilde entrada  y con anterioridad a hacerlo tenía pensado visitar Lisboa, ¡por favor, que no se desanime leyendo mis sosos comentarios! Es una ciudad mucho más bella que lo que torpemente pude haber explicado aquí. Es una lástima que teniéndola tan cerca, los españoles empecemos a descubrirla ahora gracias a la crisis. Es barata y la tenemos al lado; pero sobre todo ES ESPECIAL Y MARAVILLOSA.
                                                    


























Camera Kidz, by Lara

Nada hay como la inocencia de un niño pequeño, frase escuchada y re-escuchada por todos y que un programa de Antena3 ("El hormiguero") comenzó a demostrar mediante pruebas de cámara ocultas a niños, en las que ponían a estos en situaciones de los más inusuales. Tal fue el éxito de dicha sección que, durante este verano, se ha emitido un pequeño programa en el que los niños y las cámaras ocultas eran los protagonistas. El programa recibe el nombre de "Camera kidz" y todos los "capítulos" están disponibles en Internet. Aquí una pequeña selección de mis preferidos, espero que os gusten y que os hagan pasar un buena rato :)

Te conviertes en médico y descubres que un paciente tiene un pollito en el estómago, lo más normal¡


Haces un prueba para un anuncio de un nuevo Cacao y...bueno, ¡hay cosas que no cuadran!

La prueba de fuerza contra Pepito, el "niño de 4 años"

Una clase de Judo un tanto especial

Para que luego digan que los niños nunca hacen caso de lo que se les dice