miércoles, 20 de noviembre de 2013

El ascensor, by Lara

Vivir en un bloque de pisos es especial por sí sólo, sobre todo cuando las paredes son de la anchura de un folio. Que si oyes la bronca de la vecina de arriba a sus hijos, que si el chaval del cuarto está empezando a dar clases de acordeón, que si el perro del primero sabe ladrar la mar de bien, que si los del quinto tiene un felpudo super-mono,que si en el tercero alguien toca y toca el timbre sin obtener resultados...en fin, pequeños detalles que hace de la infraestructura en vertical algo especial y, porque no decirlo, extraño. Pero, sin duda, el lugar en donde la extrañeza se eleva a la máxima potencia es EL ASCENSOOORR (voz profunda, de terror, de suspense). El ascensor es ese habitáculo en el que pueden darse tres situaciones:

1- Vas sólo: no hay problema. Le das al botón, las puertas se cierran y listo. Si hay espejo te dedicas a mirarte a ti mismo hasta que "CLIN, CLAN, CLON" has llegado a tu piso.
2-Te toca ir acompañado (de alguien conocido): No hay problema. Le das al botón, las puertas se cierran, seguís con la conversación anterior a adentrarse en el ascensor  y listo. Si hay espejo y eres teenager te dedicas a sacarte fotos-tuenti o "pal feisbus" y "CLIN CLAN CLON".
2- Te toca ir acompañado(de alguien desconocido): Prooooooblemas. Puede ser que te toque de acompañante a una de esas personas que no hablan en los ascensores, que con su postura ya se sabe que ahí no hay dónde rascar, produciéndose así un silencio incómodo, con miradas que oscilan entre las puertas y el suelo, pero bueno es un situación fácil de aguantar (y en la que tú piensas "casi mejor así").
Los problemas llegan cuando aparecen esas personas que llevan escrito en la cara, en la sonrisa, que van a hablarte en el ascensor. Y ahí es cuando empiezan las típicas conversaciones incómodas que duran entre 2-3 minutos, veáse: qué tiempo hace, qué temperatura hay, en qué piso vives, si te habían visto o no antes por el edificio, qué rápido oscurece (ahora mismo esta temática está en el top de la lista), cuánta compra llevas en esa bolsa de supermercado, cuánta gente hay por la calle, qué (in)tranquila es esta comunidad, cualquierOtroTemaQueTeHaceSentirIncómodo...
 Pues bien, el objetivo de esta entrada se centra en el exterminio de esas conversaciones típicas y tópicas y, para ellos, nada mejor que coger el toro por los cuernos, y convertirse en "el que empieza a hablar". Y, para ello, aquí os presento unos cuántos datos reales (y puede que, sí, inútiles) que pueden ser usados en cualquier conversación ascensorista, sin miramientos, los sueltas tal cuál los recuerdas y, los más probable es que provoques en la otra persona una situación de silencio porque desincronices  los chakras.

1) Las hormigas no duermen. (las películas de Pixar nos han tenido engañados toda la vida)
2) A lo largo de nuestra vida, durante la noche, cada humano se come una media de 8 arañas (mantener una dieta equilibrada en la base de la vida)
3) En Finladia se prohibieron los cómics del Pato Donald porque este iba sin pantalones (poooorrfavooooore)
4) En el mundo hay más pollos que personas. (Rebelión en la granja).
5) Los rusos contestan al teléfono diciendo "estoy oyendo" (hombre, si te dicen " te estoy viendo" sería para asustarse).
6) Una pelota oficial de golf tiene 336 agujeritos ( y al señor que se encarga de contarlos...¿Cuánto le pagan??)
7) La hija de Shakespeare era analfabeta (en casa de herrero...)
8) En Inglaterra, al Presidente de Cámara no se le permite hablar (por que no te callas??!)
9) Las almendras son de la familia de los duraznos (ni idea de qué significa esto, pero hay que rellenar espacio).
10) 15% de las mujeres se mandan flores a si mismas el día de los enamorados (hacer un forever alone,vaya)
11) Quemas más calorías durmiendo que viendo la televisión (osea queeee dormir en el sofá con la televisión encendida equivale a tener un cuerpazo de pasarela)
12) Es posible hacer subir una vaca por las escaleras, pero no bajarla (si tu acompañante de ascensor es una vaca, coméntale esto)
13) Los elefantes son los únicos animales que no pueden saltar (aaaaaamigo, por eso Dumbo volabaa....)
14) Es imposible lamerse el propio codo (el tuyo. No intentes lamer el del acompañante de ascensor porque sí es posible y quedaría raro).


 




Viaje a Lisboa : entre la Feira da Ladra y la Ginjinha sem rival

Día 3 de nuestro viaje a Lisboa. Después de una noche de grandes tormentas y un amanecer algo oscuro (la fatalidad metereológica nos andaba rondando), a primera hora cogimos el Tranvía 28 (en la Praça Martim Moniz) que nos llevó a la Feira da Ladra (parada de Voz do operário), un gran mercadillo que se monta en el Campo de Santa Clara (al lado del Panteón Nacional) y que hace honor a si nombre, parece que casi todo lo que venden es robado (de hecho, estamos seguras de que lo es). Múltiples puesto de cachivaches de todo tipo, desde muñecas infantiles sin ojos hasta montañas de cargadores de móviles, vajillas del año la tarara, todo tipo de instrumentos raros y oxidados....Vamos!!que la mayor parte es mierder, aunque también hay múltiples puestos de antigüedades, libros de segunda mano, puesto de discos de vinilo, bolsos vintage... Lo ideal para pasar una mañana la mar de entretenidas.
 













Nos tomamos un café a media mañana en una terraza en medio del mercado (As Marías com chocolate se llamaba el sitio. Cafetinos a 1 euro. De lujo!!)
Tocaba bajar callejeando por Alfama,barrio supercaracterístico de la ciudad, donde se guarda la esencia más auténtica de Lisboa; casas apiñadas, tendederos que cruzan sus calles, pequeñas cafeterías y tascas donde el fado es la nota predominante, edificios todos recubiertos de azulejos....Paseo guapo, guapo. Llegamos a la Catedral de Sé (entrada gratuíta); no se me ocurre nada especial que contar de ella la verdad (acepto aportaciones).
Se acercaba la hora de comer, y por recomendación de una amiga (gracias María Cuervo!!) fuimos a una marisquería llamada Uma (Rua dos Sapateiros 177). Un local muy pequeñín y añejo, con pinta de restaurante de toda la vida donde se paró el tiempo en los años 70. El dueño, ya no cumple los 65 años, y su simpatía brilla por su ausencia, pero...ay amigo!!todo se compensa por el impresionante arroz caldoso con marisco que dan. 
 Lo sirven directamente en la pota donde lo cocinan. Creo recordar que en 2012 trip-advisor lo votó como el mejor arroz con marisco de Lisboa.
Nos pusimos las botas. Estaba buenísimo (ya se ve en las fotos como dejamos la pota!jajajaja. Fartonas nos llaman). Encima de todo ésto, está el precio, es muy barato. Como se puede entender por esta crítica culinaria estilo Homer Simpson, en seguida nos olvidamos de las miradas asesinas del dueño.
Para hacer la digestión, tocaba pasear y visitar tiendas por la Baixa. Bueno, también hicimos una parada en el MUDE (Museo de Diseño). Como diría Isabel Pantoja "Hoy quiero confesar..." que entramos al museo porque era gratis y teníamos ganas de ir al baño (nos merecemos la horca, lo sé).¿Qué contar de este museo?Pues..que aún hoy en día seguimos ojipláticas!No sé como definir el asunto; si alguien ha visitado o va a visitar en breve dicho lugar, por favor, que se ponga en comunicación con nosotras para compartir impresiones.
Después de los tropecientos kilómetro que llevábamos en nuestras piernas tocaba recargar gasolina, y ahí entra LA TURISTADA DEL DÍA (bieeeeeennnnnn!!!); nos decidimos a probar la ginjinha o ginja (licor de guindas) en un local típico (Ginjinha sem rival; unos de los pocos locales que siguen produciendo su licor propio). Por 1 euro el chupito, nos metimos un lingotazo pal cuerpo (alcohol puro era eso!); eso sí antes de tomarlo, dejamos loco al camarero/dueño preguntándole si se tenía que beber de un golpe (estilo tequila en el Mesón Ana; los de Cangas entenderán esta referencia) o había que beberlo a traguinos (estilo fino). Si os interesa, la modalidad adecuada es la segunda.
Gran día el 3º!!Eso sí, el agotamiento se iba acumulando y los ibuprofenos del botiquín bajando.

Como regalo en esta entrada, pongo una bonita panorámica sacada por Lara en el mirador de Sao Pedro de Alcántara (ya sé que no es la entrada ni el día correspondiente, pero...el blog es nuestro!!ea!)





domingo, 17 de noviembre de 2013

VIAJE A LISBOA : Desde A Brasileira al Castillo de San Jorge, by María

Amaneció el día diluviando, mientras desayunábamos nos intentábamos convencer de que el cielo despejaría de manera mágica. Y lo hizo!!Al salir del apartamento cayeron las últimas gotas sobre Lisboa. Más relajadas y animadas nos preparamos para pegarnos una auténtica pateada por la ciudad. 
A primera hora fuimos andando por la Rua Augusta hasta la Praça do Comercio ("necesitábamos"ver el Tajo de día).


 Mientras oteábamos el horizonte y el Puente 25 de abril, un amable portugués se acercó a nosotras a ofrecernos droga; vernos las caras debía de ser un poema. Habíamos oído hablar de esta situación en diferente foros de viajes, pero nunca pensé que fuera tan exagerao! Amablemente le dijimos que no precisábamos de tal cosa, y él, sin más, cogió caminito y se fue. (Niños...decir NO a las drogas!)
En la estación de metro que se encuentra en la misma plaza, recargamos nuestras tarjetas 7 colinas para 24 horas y nos dirigimos al elevador de Santa Justa, todo un clásico de la ciudad. Hay que recordar, que al utilizar la tarjeta de transporte público para subir, no te dejan llegar hasta el mirador del elevador, para eso, hay que pagar 1.25 más. Nosotras, como siempre, a lo cutre; ni mirador ni miradora!.

Llegamos directamente al barrio Alto o Chiado, y nos topamos de frente con el Convento do Carmo, unas preciosas ruinas en medio de la ciudad que han sobrevivido a terremotos, incendios y demás penalidades. La entrada son 3.50 y creo que la visión desde el interior es totalmente alucinante. Nuestra intención era visitarlas más adelante, pero el día fue pasando y no llegamos a entrar. Lástima!
Lo que necesitábamos en ese momento era un café, y que mejor lugar en toda Lisboa que el famoso A Brasileira (Rua Garrett 120). Local inaugurado a principios del siglo XX y frecuentado por muchos literatos lisboetas, entre ellos el omnipresente Pessoa; de hecho, hay una estatua suya en la terraza. Lugar frecuentado tanto por turistas como por residentes; donde a un precio bastante moderado (alto para los estándares de Portugal, pero asumible si pensamos que es uno de los sitios más turísticos de la ciudad) te puedes tomar un delicioso cafetín con leche.
Muy cerca del Café, en la Calle Anchieta, se encuentra un tienda llamada A Vida portuguesa; precioso local atiborrado de objetos vintage  y productos típicos portugueses, todo esto acompañado por un hilo musical compuesto por fados. Un muy buen lugar para comprar souvenirs originales y guapísimos sin caer en lo kitch.



Nuestra siguiente parada era la Iglesia de San Roque, pero como no abría hasta las 14:00h, decidimos dar un paseo y acercarnos hasta el Mirador de Sao Pedro de Alcántara (vistas bonitas y como en casi cada rincón de Lisboa, con música en directo)



Ya era hora de comer (con café no nos mantenemos); bajando por la famosa Calçada do Duque (donde tienes que ir esquivando a los camareros/relaciones públicas de los restaurantes. Os odio a todos!!) llegamos a un pequeño restaurante familiar llamado "El rei d`frango"; es una especie de chigre (cutre donde los halla) donde sirven grandes raciones a pequeños precios. Muy recomendable probar un plato llamado Alheria (una especie de salchicha de pollo a la brasa acompañada de patatas fritas, arroz blanco y un huevo frito). La comida nos salió por 4 duros (unos 24 euros entre las 4)




*Dato tonto del día : Hay que señalar, que la cuenta de la comida te la entregan en un post-it. Curioso cuanto menos. 


Con el estómago lleno, volvimos a subir las escaleras de la Cç do Duque (esos glúteos!!) y llegamos a San Roque, que ya estaba abierta (extraño horario el que maneja la Iglesia portuguesa). La entrada es gratuíta y te permite admirar los maravillosos interiores de mármol y lapislázuli del templo; sin mencionar la gran colección de reliquias que se exponen a ambos lados del altar mayor.
Para descender de la colina donde se encuentra Chiado, utilizamos un método muy sencillo y muy usado por los habitantes de la ciudad; nos metimos en la Estación de metro de Baixa-Chiado (en frente de A Brasileira) y por las escaleras mecánicas, en un periquete nos plantamos en la otra salida de la estación (abajo del todo). Et voilá!!colina finiquitada.
Nuestro siguiente objetivo fue el Castillo de San Jorge; para llegar a él cogimos el tranvía nº12 en la Praça da Figueira (al lado de la praça de Rossío). Comenzamos a ascender por Alfama, muy mala pinta esa parte del barrio (pa que engañarnos) y nos bajamos del tranvía en la para de Largo das Portas do Sol. Allí mismo estaba el mirador de Santa Luzía.





Subiendo a patita unas cuestas que pa qué!, llegamos al Castillo. La entrada son 7.50 euros, pero para estudiantes (menores de 25 años) queda en 4 euros. Todas estudiantes por supuesto!!!
Las vistas desde el jardín son de las mejores que hay en Lisboa. Se puede recorrer toda la muralla y visitar varias torres. Como curiosisdad, en la Torre de Ulises hay una cámara oscura donde se puede ver una panorámica de la ciudad en tiempo real (flipamos bastante la verdad)         

                                                 

El agotamiento ya iba haciendo merma en nosotras, así que en "modo vago", decidimos bajar a la Praça Martim Moniz y allí coger el tranvía turístico por excelencia (el nº 28...¿no había una canción de La oreja de Van Gogh con este título?). En su recorrido pasa por los rincones más emblemáticos de Lisboa.

*Dato útil : para poder ir sentadas en el tranvía 28 es muy importante cogerlo en la plaza antes mencionada, si no, es prácticamente imposible encontrar sitio. Además, tener en cuenta que comprar el billete en el propio transporte son 2.85 euros (carero, carero); mejor comprarlo por adelantado o mucho mejor, usar la 7 colinas.



Nuesta intención era llegar al final del recorrido para poder visitar el Cementerio de los ingleses; pero al llegar a las últimas paradas ya era de noche, y nos daba pelín de canguelo. Así que, localizamos una bonita cafetería (estábamos en la parte nueva de la ciudad), nos pedimos 4 cafetinos y decidimos volver al apartamento; eso sí, en bus urbano de toa la vida (704 Restauradores), que es de lo más eficaz.