domingo, 17 de noviembre de 2013

VIAJE A LISBOA : Desde A Brasileira al Castillo de San Jorge, by María

Amaneció el día diluviando, mientras desayunábamos nos intentábamos convencer de que el cielo despejaría de manera mágica. Y lo hizo!!Al salir del apartamento cayeron las últimas gotas sobre Lisboa. Más relajadas y animadas nos preparamos para pegarnos una auténtica pateada por la ciudad. 
A primera hora fuimos andando por la Rua Augusta hasta la Praça do Comercio ("necesitábamos"ver el Tajo de día).


 Mientras oteábamos el horizonte y el Puente 25 de abril, un amable portugués se acercó a nosotras a ofrecernos droga; vernos las caras debía de ser un poema. Habíamos oído hablar de esta situación en diferente foros de viajes, pero nunca pensé que fuera tan exagerao! Amablemente le dijimos que no precisábamos de tal cosa, y él, sin más, cogió caminito y se fue. (Niños...decir NO a las drogas!)
En la estación de metro que se encuentra en la misma plaza, recargamos nuestras tarjetas 7 colinas para 24 horas y nos dirigimos al elevador de Santa Justa, todo un clásico de la ciudad. Hay que recordar, que al utilizar la tarjeta de transporte público para subir, no te dejan llegar hasta el mirador del elevador, para eso, hay que pagar 1.25 más. Nosotras, como siempre, a lo cutre; ni mirador ni miradora!.

Llegamos directamente al barrio Alto o Chiado, y nos topamos de frente con el Convento do Carmo, unas preciosas ruinas en medio de la ciudad que han sobrevivido a terremotos, incendios y demás penalidades. La entrada son 3.50 y creo que la visión desde el interior es totalmente alucinante. Nuestra intención era visitarlas más adelante, pero el día fue pasando y no llegamos a entrar. Lástima!
Lo que necesitábamos en ese momento era un café, y que mejor lugar en toda Lisboa que el famoso A Brasileira (Rua Garrett 120). Local inaugurado a principios del siglo XX y frecuentado por muchos literatos lisboetas, entre ellos el omnipresente Pessoa; de hecho, hay una estatua suya en la terraza. Lugar frecuentado tanto por turistas como por residentes; donde a un precio bastante moderado (alto para los estándares de Portugal, pero asumible si pensamos que es uno de los sitios más turísticos de la ciudad) te puedes tomar un delicioso cafetín con leche.
Muy cerca del Café, en la Calle Anchieta, se encuentra un tienda llamada A Vida portuguesa; precioso local atiborrado de objetos vintage  y productos típicos portugueses, todo esto acompañado por un hilo musical compuesto por fados. Un muy buen lugar para comprar souvenirs originales y guapísimos sin caer en lo kitch.



Nuestra siguiente parada era la Iglesia de San Roque, pero como no abría hasta las 14:00h, decidimos dar un paseo y acercarnos hasta el Mirador de Sao Pedro de Alcántara (vistas bonitas y como en casi cada rincón de Lisboa, con música en directo)



Ya era hora de comer (con café no nos mantenemos); bajando por la famosa Calçada do Duque (donde tienes que ir esquivando a los camareros/relaciones públicas de los restaurantes. Os odio a todos!!) llegamos a un pequeño restaurante familiar llamado "El rei d`frango"; es una especie de chigre (cutre donde los halla) donde sirven grandes raciones a pequeños precios. Muy recomendable probar un plato llamado Alheria (una especie de salchicha de pollo a la brasa acompañada de patatas fritas, arroz blanco y un huevo frito). La comida nos salió por 4 duros (unos 24 euros entre las 4)




*Dato tonto del día : Hay que señalar, que la cuenta de la comida te la entregan en un post-it. Curioso cuanto menos. 


Con el estómago lleno, volvimos a subir las escaleras de la Cç do Duque (esos glúteos!!) y llegamos a San Roque, que ya estaba abierta (extraño horario el que maneja la Iglesia portuguesa). La entrada es gratuíta y te permite admirar los maravillosos interiores de mármol y lapislázuli del templo; sin mencionar la gran colección de reliquias que se exponen a ambos lados del altar mayor.
Para descender de la colina donde se encuentra Chiado, utilizamos un método muy sencillo y muy usado por los habitantes de la ciudad; nos metimos en la Estación de metro de Baixa-Chiado (en frente de A Brasileira) y por las escaleras mecánicas, en un periquete nos plantamos en la otra salida de la estación (abajo del todo). Et voilá!!colina finiquitada.
Nuestro siguiente objetivo fue el Castillo de San Jorge; para llegar a él cogimos el tranvía nº12 en la Praça da Figueira (al lado de la praça de Rossío). Comenzamos a ascender por Alfama, muy mala pinta esa parte del barrio (pa que engañarnos) y nos bajamos del tranvía en la para de Largo das Portas do Sol. Allí mismo estaba el mirador de Santa Luzía.





Subiendo a patita unas cuestas que pa qué!, llegamos al Castillo. La entrada son 7.50 euros, pero para estudiantes (menores de 25 años) queda en 4 euros. Todas estudiantes por supuesto!!!
Las vistas desde el jardín son de las mejores que hay en Lisboa. Se puede recorrer toda la muralla y visitar varias torres. Como curiosisdad, en la Torre de Ulises hay una cámara oscura donde se puede ver una panorámica de la ciudad en tiempo real (flipamos bastante la verdad)         

                                                 

El agotamiento ya iba haciendo merma en nosotras, así que en "modo vago", decidimos bajar a la Praça Martim Moniz y allí coger el tranvía turístico por excelencia (el nº 28...¿no había una canción de La oreja de Van Gogh con este título?). En su recorrido pasa por los rincones más emblemáticos de Lisboa.

*Dato útil : para poder ir sentadas en el tranvía 28 es muy importante cogerlo en la plaza antes mencionada, si no, es prácticamente imposible encontrar sitio. Además, tener en cuenta que comprar el billete en el propio transporte son 2.85 euros (carero, carero); mejor comprarlo por adelantado o mucho mejor, usar la 7 colinas.



Nuesta intención era llegar al final del recorrido para poder visitar el Cementerio de los ingleses; pero al llegar a las últimas paradas ya era de noche, y nos daba pelín de canguelo. Así que, localizamos una bonita cafetería (estábamos en la parte nueva de la ciudad), nos pedimos 4 cafetinos y decidimos volver al apartamento; eso sí, en bus urbano de toa la vida (704 Restauradores), que es de lo más eficaz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario