miércoles, 25 de noviembre de 2015

LADY JANE GREY, la reina efímera

De entre todas las víctimas que dieron los tejemanejes cortesanos en Inglaterra, Lady Jane Grey se lleva un lugar de honor. Nació en 1537 en Bradgate y era la tercera de los cinco hijos del matrimonio formado por los nobles Henry Grey y Frances Brandon. Con la muerte de sus dos hermanos mayores, ella se convirtió en primogénita. Este es un detalle que cambiaría su vida, porque la madre de Jane era hija de María Tudor, la hermana pequeña de Enrique VIII; por tanto, la joven pertenecía a la familia real británica en  calidad de sobrina del rey.
   Jane se crió lejos de la corte, libre pero recibiendo una educación exquisita. Esta cualidad le permitiría establecer una estupenda relación con Catalina Parr, última esposa de Enrique VIII, y también con la hija de este y Ana Bolena, la que llegaría a ser Isabel I de Inglaterra. Pero el destino le guardaba algo muy distinto a ser dama de compañía…
   Enrique solo había engendrado un hijo varón, que le sucedió en el trono como Eduardo VI; pero el joven siempre había sido enfermizo y falleció con solo 15 años. Antes de morir el rey es cuando entra en juego Jane.
   El reino estaba dividido en dos facciones enfrentadas: por un lado, María, hija de Catalina de Aragón y por otro, Isabel, hija de la decapitada Ana Bolena. La primera defendía el catolicismo a ultranza y la segunda, la reforma protestante. Pero en este panorama existía otra parte disconforme con las dos anteriores: Jhon Dudley, duque de Northumberland,  que se alía con el padre de Jane y entre ambos consiguen que el moribundo rey Eduardo nombre a su prima como legítima heredera del trono inglés.
   El 10 de julio de 1553, Lady Jane Grey es proclamada reina de Inglaterra…y nueve días después, su prima María Tudor la derroca.
   Jane se había casado (o más bien la habían casado) con el hijo de Dudley y ambos fueron encerrados durante seis meses en la Torre de Londres. El problema para la reina María era que la joven suponía un recordatorio constante de la causa reformista que pretendía atajar, por lo que firma su sentencia de muerte y el día 12 de febrero de 1554, la desdichada Jane fue ejecutada. No había llegado a cumplir los 17 años y murió por un trono que ni siquiera deseaba. No fue más que un triste títere de las ansias de poder de otros.
   PAUL DELAROCHE, pintor romántico francés, tenía especial debilidad por mostrar los momentos más vulnerables de víctimas o mártires. En 1883 pinta “La ejecución de Lady Jane Grey”, donde nos muestra a la joven a punto de ser ejecutada en una oscura estancia de la Torre de Londres. El espacio parece estar iluminado con la blancura del vestido de Jane y por los colores amarillentos de la paja que brillan antes de recoger la sangre que se ha de derramar al decapitar a la chica.
Delarroche solía utilizar modelos reales. Para representar a Lady Jane retrató el físico de la actriz Mademoiselle Anaïs, con la que mantenía una relación sentimental.



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